Giselle es un éxito del ballet francés, una dramática historia de amor con música del clásico de Adolphe Adan.
El estreno mundial tuvo lugar en 1842 en París.
Desde entonces, este ballet clásico ha sido uno de los favoritos en el repertorio de casi todos los grandes teatros del mundo.
La producción se basa en una leyenda contada en su día por Heinrich Heine.
La leyenda cuenta la historia de las Willis, jóvenes solteras muertas que fueron traicionadas por sus amantes.
Incapaces de soportar la traición, las muchachas murieron y se convirtieron en espíritus vengativos y crueles: las Willis, que ajustaban cuentas con los jóvenes por la noche.
Kateryna Kukhar: «En el primer acto de la obra, tienes que transmitir todos los sentimientos de Giselle: su alegría, su deseo, su amor, y al final del mismo acto, cuando Giselle se da cuenta de que Albert la ha traicionado, tienes que mostrar al público el dolor de la pérdida y la traición, que vuelve loca a Giselle.
La escena de la locura debe representarse de tal modo que el espectador tenga un nudo en la garganta.
En el segundo acto, por el contrario, hay que apagar todos los sentidos y hacerse el invisible en el otro mundo.
Volver desde allí a la vida normal no es fácil.
La música: Adolf Adan
Coreografía: Marius Petipa, Jules Perrault, Jean Coralie
Libreto: Théophile Gautier, Jules-Henri Saint-Georges, Jean Coralie basado en una leyenda de Heinrich Heine